Inanna y el Árbol Huluppu
En la mitología sumeria, la diosa Inanna halló el árbol Huluppu que fue arrastrado por las aguas del río Éufrates. Lo trasladó a su jardín con la intención de tallar un trono de él, pero descubrió que el árbol albergaba a tres intrusos. Una serpiente inmune a la magia, el pájaro Anzu que se posó en la copa del árbol, y Lilitu, un espíritu maligno. Aunque Inanna lloraba, las criaturas no se alejaban del árbol.
Le pidió ayuda a su hermano Utu, dios del sol, pero este se niega. Sin embargo, Inanna no se da por vencida y le pide ayuda al gran rey Gilgamesh, y este acepta ayudarla. El héroe entró al sagrado jardín de Inanna, golpeó a la serpiente, echó al pájaro Anzu y derrotó al espíritu maligno Lilitu. Y es así, como del tronco del árbol Gilgamesh tallo un lecho y un trono para la diosa Inanna.