Colombia, un país diverso y lleno de historia, está enriquecido por una gran cantidad de leyendas que reflejan la riqueza cultural y geográfica de la nación. Estas historias, transmitidas de generación en generación, conectan a los colombianos con su pasado, sus creencias y su entorno natural. La Llorona es un personaje legendario que aparece en diferentes formas en muchas culturas de América Latina.
En Colombia, la versión más conocida es la Llorona de Usaquén, un barrio en Bogotá. Se dice que una mujer vestida de blanco, con el rostro cubierto, llora por sus hijos perdidos en la noche. La leyenda advierte a los niños que no se alejen de casa después del anochecer, ya que podrían ser víctimas de esta misteriosa figura.
El Mohán es una figura mítica que habita en los ríos y selvas de Colombia. A menudo se le representa como un hombre alto y atractivo con largos cabellos negros y barba. Se cree que el Mohán es un guardián de la naturaleza y un protector de los animales. La leyenda advierte a los pescadores y cazadores que deben mostrar respeto por la vida silvestre y los cuerpos de agua, o de lo contrario el Mohán podría causarles problemas.
La leyenda de La Gaitana está relacionada con el Salto de Tequendama, una impresionante cascada cerca de Bogotá. Según la historia, La Gaitana era una princesa indígena que se arrojó al abismo después de la llegada de los conquistadores españoles para evitar ser capturada por ellos. Se dice que su espíritu aún vaga por la zona, protegiendo la naturaleza y lamentando la pérdida de su pueblo.
Esta leyenda proviene de la región de los Llanos Orientales de Colombia y cuenta la historia de un hombre que, tras un pacto con el diablo, se convierte en un caimán gigante durante la noche. Durante el día, vuelve a ser humano y debe vivir con el peso de sus acciones. La leyenda es una metáfora de la tentación y las consecuencias de hacer tratos con fuerzas oscuras.