La Música de Quetzalcóatl

La Música Repartida en el Mundo

En un tiempo, me cansé de ser Quetzalcóatl y me transformé en Ehécatl, que significa “Viento”. Volé por todo el mundo, haciendo danzar las copas de los árboles y creando tormentas en el mar. Mi hermano Tezcatlipoca y yo nos dimos cuenta de que a los humanos les faltaba la música. Decidimos que debía subir a los cielos y tomar la música de Tonatiuh, el dios del Sol, para traerla a la tierra. Con la ayuda de las sirvientas de Tezcatlipoca, Mujer Cocodrilo, Mujer Pez y Mujer Caña y Caracol, construyeron un puente hacia la casa del Sol.

Al llegar, escuché la melodía de flautas, tambores y cantos, pero Tonatiuh intentó esconder a los músicos de mí. Mi persistencia y la belleza de mi canto los convenció. Envolví a los músicos en mi capa de plumas y volé de regreso a la Tierra. Al llegar, liberé a los músicos, viajaron de pueblo en pueblo compartiendo el don de la música, y así, la música se esparció por todo el mundo, cumpliendo mi deseo de llenar la vida de los humanos con la alegría de la melodía y el ritmo.

Mitos Cortos

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